Esposas Sexuales

Las esposas sexuales y BDSM

El juego de la sumisión en las prácticas BDSM, no tiene sentido sin el uso de las esposas eróticas. Y es que este tipo de juegos no se puede practicar sin inmovilizar  los brazos y en algunas ocasiones incluso las piernas. Las esposas sexuales nos permitirán de una forma rápida y cómoda bloquear nuestro movimiento o el de nuestro compañero, para ser totalmente sometidos.

El sexo con esposas  disparará el nivel de excitación, es un juego erótico que nunca falla y tienes que probar. Tener sexo maniatado con esposas sexuales es un clásico a experimentar al menos una vez en la vida.

¿Qué esposas BDSM son tus favoritas?

Existen muchas esposas eróticas, pero agrupándolas por categorías podemos distinguir cuatro tipos principales.

Esposas bondage metálicas: Son las más comunes y las que más sensación de realismo ofrecen, ya que son igual que las que usa la Policía o agentes de la autoridad.

Esposas sexys de peluche: Tan prácticas como las anteriores, pero ofrecen más comodidad. Perfectas si vas a llevarlas puestas bastante rato.

Esposas bondage para tobillos y muñecas: Ideales para sentirte totalmente inmovilizado o para inmovilizar a tu pareja sexual. También se pueden adquirir por separado.

Esposas sexo de neopreno: Son unas esposas muy cómodas que además no necesitan llaves y que se ajustan a cualquier diámetro de muñeca.

Sexo con esposas

Espósate o esposa a tu compañero con las esposas sexuales. Con las esposas eróticas podrás limitar los movimientos de tu pareja o los tuyos propios. Dejaros totalmente a merced del otro, mientras sentís que el deseo sexual crece y crece.

Y si sois muy atrevidos espósale o espósate al cabezal de la cama. Tranquilos es un juguete completamente seguro, las esposas sexys son muy fáciles de abrir y además siempre se entregan varios juegos de llaves.                                 

Las esposas sexo son perfectas para sentir como eres dominado o para controlar y poseer a tu chico o chica. Atreveros con los juegos bondage y salir de vuestra zona de confort, ¡no os arrepentiréis!